El Estado costarricense se ha caracterizado por una buena aplicación en lo concerniente a las políticas sociales lo cual, apoyado en un sistema político estable, los programas de salud y educación se han ido complementando con programas selectivos orientados a los estratos más pobres, sobre todo a partir de la década de 1970, a fin de subsanar las desigualdades existentes y mejorar así la eficacia y la equidad de la política social. Esto fue posible gracias a que se vio en la política social un complemento de la política económica y no una subsidiaria. Pero con la entrada en la década de 1980, con la crisis económica de esos años, las políticas de estabilización y de ajuste estructural han hecho cambiar dichas políticas ahora la política social ha perdido papel protagónico dentro de la actividad estatal y se debate entre los esfuerzos de reforma para cambiar su capacidad de impacto y propuestas, así como experiencias concretas que buscan reubicar y limitar su papel y su acción. Por ello aunque Costa Rica dispone de un conjunto favorable de condiciones para establecer una estrategia completa y coherente de lucha contra la pobreza, no puede afirmarse que ésta exista esto queda claro cuando se analizan los programas concretos de apoyo a los pobres en donde se comprueba que éstos se encuentran escasamente desarrollados. OB/LOB