En el caso salvadoreño, se puso en evidencia la política de Omar Torrijos, con respecto a los ejércitos latinoamericanos, quizás como en ningún otro momento de su carrera como dirigente. Esto era bastante comprensible ya que su preparación militar la había recibido en esa nación centroamericana, bajo la enseñanza y disciplina del ejército salvadoreño, además de que varios de sus campañeros de la academia, eran actores y protagonistas de los hechos salvadoreños. El golpe militar de 1979, fue un secreto a voces. Se dio un consenso militar muy frágil, pero que dio como resultado la formación de un gobierno de alta representatividad, comparado con otros gobiernos. Esto fue importante, pues abría la posibilidad de un espacio democrático real acompañado de cambios sociales avanzados. Pero sin duda la situación era bastante difícil, las posiciones eran bastantes rígidas, tanto de parte del ejército, como de parte de los movimientos revolucionarios armados. Torrijos, era una persona muy respetada y conocedora de la problemática salvadoreña, luchó siempre por una salida negociada del conflicto a pesar de los grandes intereses en contra de ello, ante todo de la clase dirigente de ese país que temía por su posición privilegiada en la sociedad. OB/LOB