En la actualidad la noción de Estado-nación ha perdido su capacidad de definición del sentido de la vida social, por una parte el proceso de globalización libera las indetidades locales del peso de la cultura nacional, se pone como ejemplo las culturas populares que poseen ahora un nuevo espacio, aunque conflictivo para expresarse por otra parte, surge en el horizonte cultural mundializado la posibilidad de estructurar identidades transnacionales, aquí se pone como ejemplo el caso del consumo, a su vez se lanza un cuestionamiento ¿ cuál es el destino del Estado-nación en el mundo globalizado? y se indica que la respuesta en sí no es nada simple y se agrega que quizás la forma mejor de abordar el problema es cambiando la formulación de la misma por ejemplo ¿cuáles son los límites del proceso de globalización?. Se indica que la modernidad-mundo, aunque planetaria está muy lejos de ser totalizante y uniforme la pobreza el subdesarrollo, la división de los países rico y pobres, los intereses económicos dominantes, son factores importantes que pesan contra su expansión. Se sostiene que en el seno de la globalización existen fuerza centrípetas, las cuales apuntan hacia diversas direcciones lo importante es saber si serán superadas estas por otras que propicien la integración más global o si se quedarán como instancias de negociación con intereses propios en el contexto de un movimiento que las contiene y sobrepasa. LOB/LOB