El Primero de Mayo de 1986 las uniones sindicales de Guatemala celebraron libremente la festividad de los trabajadores, después de seis años de represión y prohibición de dicha actividad. Aunque la represión continúa, la llegada al poder del gobierno demócrata-cristiano de Vinicio Cerezo parece abrir nuevas perspectivas al movimiento obrero. En este artículo la autora discute el desarrollo del sindicalismo -especialmente enfocado al caso de los trabajadores de la Coca-Cola-, las diversas agrupaciones que lo componen y los nuevos lineamientos en materia laboral del mencionado gobierno. AB/eb