El autor intenta mostrar, centrando su análisis en la Escuela Ecologista de Chicago y sus seguidores, cómo los estudios sociológicos sobre lo urbano han estado influenciados por una perspectiva biologiscita, aún cuando ello ha significado un esfuerzo por construir un marco análitico, verdaderamente científico, que condujeran a la formación de una ciencia social de los fenómenos urbanos "emergentes", ya se llame ésta, ecología humana o sociología urbana. Se concluye, que el desarrollo de dicha ciencia, ha devenido en un estudio estrictamente social, desechándose la dicotomía biología-cultura que impregnó los primeros estudios ecológico urbanos, recurriendo cada vez más a explicaciones que rescatan la especificidad de los social. REV//jmml