Análisis de la situación de la mujer trabajadora mexicana que, en los últimos años, se ha incorporado al proceso de trabajo, sobre todo en la industria de la maquila instalada en la frontera con Estados Unidos. Hiriart apunta que esas industrias, primero, cuentan con una gran oferta de mano de obra femenina y, segundo, contratan sobre todo a jóvenes, las que sufren un rápido proceso de deterioro físico, por lo cual, a los cuatro o cinco años, son cambiadas por nuevos contingentes de jóvenes trabajadoras. Tal proceso se ha justificado bajo el lema de la integración de la mujer al desarrollo, tras lo cual se esconde la explotación y consecuente alta productividad, a costa de la vida. Por lo tanto, concluye, gracias al deterioro en las condiciones de vida y al abandono de la educación y el cuidado de la niñez, se obtienen mayores ganancias para el capital industrial de la maquila. EB/mb