Colección Centroamérica

El Salvador, el país más pequeño geográficamente en América Latina, en los últimos 10 años ha sido el centro de atención de la política de los Estados Unidos. Este hecho se explica debido a la conformación de un movimiento insurgente popular y revolucionario, el cual tiene opciones reales de alcanzar el poder. Este hecho para Estados Unidos significa una nueva amenaza a su dominio en la región, considerada su patio trazero, el cual fue violentado por la revolución nicaraguense de 1979. Actualmente se busca el diálogo entre las partes en conflicto y el trabajo analiza las posibilidades efectivas que tiene este proceso de negociación de dar una salida pacífica a la guerra salvadoreña. El Salvador es una sociedad claramente dividida en dos partes donde por un lado se encuentra el proyecto antirevolucionario, respaldado por la clase dirigente y por el imperialismo de Estados Unidos y por otra parte se encuentra el frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). Dentro de los logros de ARENA destaca el haber permitido a la derecha recuperar su hegemonía de bloque en el poder. Estados Unidos tiene como objetivo principal el eliminar al movimiento insurgente, el reformismo, la democracia y la voluntad de diálogo, estos factores son necesarios para ligitimar la guerra centro revolucionaria. Mientras que el FMLN, busca la solución a las desigualdades sociales existentes en el país, produciendo los cambios necesarios para garantizar la justicia social sobre un modelo de economía mixta. En su propuesta buscan el cese a la represión, el respeto a los derechos humanos, reformas al sistema judicial. Mientras que las propuestas del gobierno en ningún momento toman en consideración las causas del conflicto y solicitan la rendición al FMLN, algo imposible ya que este controla la mitad del país y el gobierno lo aceopta. OB/JM