Colección Centroamérica

El dinero correspondiente a las remesas en Guatemala durante el decenio de 1980 fue muy importante para mantener la economía un poco más a flote, estos dineros se utilizaron para llenar el vacío de divisas provocado por la crisis económica incluso en las zonas rurales, en donde la economía estaba totalmente estancada, sirvió para su reactivación construyendo nuevas casas y se arreglaron las antiguas, se construyeron pequeños talleres y además se conpraron animales para la cría y engorde. La CEPAL calcula que en Guatemala en el período 1980-89 el ingreso por esta vía se duplicó y en el último año ascendió a 265 millones de dólares. Por otra parte, se señala que la mayoría de estas personas que viven fuera del país son de las familias más pobres y que por lo general viven en Estados Unidos, de tal manera que "la racionalidad económica de los pobres ha generado un flujo de transacciones financieras que ha ido en dirección contraria a los flujos impuestos por la racionalidad". Esto significa que mientras los grandes capitales huyen de Guatemala expulsando al mismo tiempo a la fuerza de trabajo de los pobres, éstos en su estrategia de supervivencia reconstituyen a la nación un poco de la riqueza arrebatada. Para las familias pobres, el poder enviar a uno o dos miembros de su familia a trabajar a Estados Unidos resulta una buena estrategia, les evita el caer en la indigencia. Además del impacto económico se analiza el impacto social, indicándose que estas remesas pueden llevar a la desintegración en la medida en que estos miembros decidan quedarse en forma definitiva en Estados Unidos. OB/MR