Colección Centroamérica

El año 1991 concluyó con una relativa calma en las movilizaciones de las fuerzas sociales, aunque las condiciones de vida de la población se deterioraron cada día más. Durante los últimos tres años en Guatemala el sector informal de la economía ha adquirido una gran importancia, uno de cada seis guatemaltecos en edad de trabajar tiene empleo fijo, los demás están subempleados o desempleados, sobreviven de las ventas ambulantes y de otras formas diferentes de ganarse la vida, de allí que gran parte de la economía dependa de dicho sector. Dentro de las formas de sobrevivencia se citan las maquilas, las remesas de familiares que habitan en Estados Unidos, según la CEPAL, éstas corresponden al 33 por ciento de los ingresos por exportaciones. Posteriormente se señala la política gubernamental para enfrentar la problemática social, el gobierno impulsó el pacto social, con el fin de evitar una lucha organizada con los sectores más afectados por las malas condiciones de vida, no por ello se olvidó de la represión, ésta estuvo presente en la sociedad y el gobierno buscó siempre la forma de dividir al movimiento sindicalista, evitando su organización ante el constante deterioro de las condiciones de vida, pero a pesar de todo, el movimiento popular dio importantes pasos para las reivindicaciones políticas y sociales. En 1991 se llevó a cabo la Primera Conferencia de Sectores Damnificados por la Represión y la Impunidad, donde los diversos sectores acordaron luchar por el cese de la impunidad, derogando los decretos que impiden enjuiciar a los militares. Para 1992, el movimiento parece enfrentarse a la necesidad de superar las políticas represivas del gobierno, a fin de ampliar la participación de la mayoría de los ciudadanos. El movimiento popular debe unir fuerzas para obtener sus objetivos de manera unida y abrir la participación a otros sectores para obtener la justicia social y la paz deseada. OB/MR