Se estudia el origen de la deuda externa de nuestro país, partiendo del estudio del procedimiento utilizado, que está inspirado en un estudio del Dr. Franz Hinkelammert para América Latina, orientado a discutir sobre la legitimidad de la deuda y especialmente de las vías de solución impuestas a los países deudores por los organismos financieros multilaterales y los países acreedores. Es una contribución orientada a determinar las especificidades del caso costarricense respecto de otros países latinoamericanos. La deuda externa es uno de los obstáculos más grandes y el más importante que tienen los países en desarrollo para el desarrollo la dimensión de esta deuda, su dinámica de crecimiento y sus consecuencias socio-políticas ocupan hoy, de uno y otro modo, de manera creciente la atención de los científicos sociales y de los líderes políticos desde distintas perspectivas, sin que aún se haya alcanzado consenso alguno en cuanto a la solución de este problema. El artículo concluye afirmando que la intervención de los organismos multilaterales de financiamiento buscan imponer determinadas medidas de política económica y a la vez, mantener los compromisos del país con los acreedores ello ha llevado a la absurda situación de que el país ha tenido que acudir cada vez más a adquirir nuevas deudas para pagar viejas deudas. Entre 1970 y 1983 el 53 por ciento de los créditos internacionales se destinó a pagar la deuda externa y en el año 1983 el 64.5 por ciento del total de los créditos concedidos se destinaron al pago de la deuda externa. Con la intervención de los organismos financieros y la puesta en marcha de los planes de estabilización y ajuste en la presente década, prácticamente a todos los países de América Latina parece habérseles cerrado el ciclo de desarrollo de la posguerra, caracterizado por el esfuerzo por sustituir importaciones, diversificar la producción, la integración regional de los mercados y activar la intervención del Estado en la economía. HB/MR