En el texto se plasma el testimonio de un manifestante, dentro de la coyuntura de crisis política de Guatemala del periodo 2012-2015, a partir de sus vivencias personales de violencia política y persecución policial como actor social dentro de dicha coyuntura. En la narrativa se destaca el rol fundamental de las acciones colectivas y movimientos sociales como mecanismos de control ciudadano dentro de los regímenes políticos democráticos; a su vez, se resalta el papel del diálogo, la participación y la vocación de paz, como baluartes de las movilizaciones civiles, contra la corrupción política y crisis social vividas en Guatemala.