Se realiza un análisis acerca de la conceptualización del cuerpo como una metáfora de la nación. En este sentido, se esboza una reflexión acerca de los cuerpos de las personas migrantes como un reflejo de la muerte, en cuanto abandonan la nación y se elimina la tarea del Estado como ente garante de derechos de las personas migrantes. A su vez, la autora describe los cuerpos de las personas sexualmente diversas como cuerpos que trascienden su devenir, a partir de la construcción de identidades ajenas a los elementos dominantes de la construcción del cuerpo de su nación. Dichos casos trasladan la discusión en la necesidad de abordar la construcción del concepto nación a partir de un proceso que siempre opera, y se transforma en una multiplicidad de posibilidades, a partir del análisis de la diversidad de cuerpos, trasladándose de la idea de muerte, a la idea del devenir como oportunidad de imaginar diferentes identidades que definan la nación, cesando así la idea de que las concepciones acerca de la nación son rígidas e inmutables en el tiempo.