En este artículo se explora la interacción entre el trabajo y el desarrollo humano en un contexto de desindustrialización global. El autor examina cómo los cambios en la estructura económica, como la disminución de la manufactura y el aumento de los servicios, afectan las oportunidades de empleo y el desarrollo humano en diferentes países. Se argumenta que, si bien la desindustrialización puede llevar a la pérdida de empleos en la manufactura, también puede dar lugar a nuevas oportunidades en sectores como los servicios y la tecnología. Sin embargo, se plantea la preocupación por la calidad de los empleos en estos sectores y la necesidad de políticas que promuevan un desarrollo humano inclusivo y equitativo. El autor aboga por estrategias de desarrollo que combinen la diversificación económica con la mejora de las condiciones laborales y la inversión en capital humano. En última instancia, se sugiere que un enfoque multidimensional del desarrollo humano debe considerar tanto el empleo como la calidad de vida de las personas en un mundo en constante cambio. RAR 11/2022