Colección Centroamérica

Comentario sobre el papel que han tenido las fuerzas armadas en Nicaragua y la situación actual del Ejército Popular Sandinista. Se menciona que los cuerpos armados en Nicaragua son irregulares, parciales, privados y no reconocidos como profesionales, respecto a este último punto brinda como ejemplo a la Guardia Nacional de Nicaragua que a pesar de que pudo seguir combatiendo contra la guerrilla sandinista, la moral de combate se quebró en el momento en que supo que la familia Somoza había abandonado el país. En el caso del Ejército Popular Sandinista, éste ha sido un cuerpo armado estrictamente de servicio partidario aún después del cambio de Gobierno en 1990; en efecto dichas fuerzas empezaron a dar lealtad personal al General Daniel Ortega. Sin embargo, a pesar de esta situación, señala el autor, que han existido cambios positivos como la reducción del número de miembros del ejército y la relativa publicidad del gasto militar, aunque sus datos no sean muy confiables. Concluye el autor que es un reto decisivo para la sociedad nicaragüense y para la clase política avanzar desarrollando controles sobre los órganos de inteligencia, sobre las fuerzas armadas y se pregunta si se va tener la capacidad para dejar de usar la violencia como recurso para dirimir los conflictos y las diferencias políticas. SBR/SBR