Ahonda en el funcionamiento e implicaciones de la producción agrícola no tradicional, enfatizando en el caso de Costa Rica, donde predomina en la actualidad la concepción liberal que pregona la liberalización de la economía y la producción de acuerdo a las ventajas comparativas. Con ello se inicia un período de reforma económica que tiene como eje central la promoción de las exportaciones y de forma especial, la de los productos no tradicionales. Se indica que dentro de este marco, el actual sistema de incentivos se caracteriza por un alto costo fiscal y por la falta de equidad en su distribución, además, los incentivos que significan un mayor beneficio económico como los CAT se concentran en la etapa de comercialización, lo que es igual a la ausencia de una presencia real de los pequeños productores, a los incentivos que contempla el contrato de exportación, ya que para ellos resulta difícil realizar exportaciones directas en forma individual. Se agrega que la transformación del sector agropecuario ha significado la diversificación agrícola por un lado y la restauración del aparato institucional público por el otro, además de que la agricultura no tradicional presenta un desaceleramiento en el ritmo de crecimiento en los últimos años y con el estímulo a ese sector se han abandonado los granos básicos, para hacer referencia sólo a algunas de la consecuencias. Por otra parte se da una serie de recomendaciones, entre ellas se cita una mayor organización de los productores y las empresas exportadoras. Se agrega que para alcanzar la integración vertical es necesario consolidar las organizaciones de productores, pues la falta de organización es uno de los principales factores que explica el fracaso en la inserción en el mercado internacional. OB/ALJ