Presenta algunos elementos para un ajuste no recesivo, privilegiando el enfoque estructuralista, el cual destaca que la causa inicial de los desequilibrios ha sido diferente en cada país de la región, por lo que es contrario a la ortodoxia neoliberal. Del enfoque ortodoxo se derivaron recomendaciones y programas de estabilización y ajuste, que parten de la premisa de que la raíz de los desequilibrios se encuentra en un exceso de demanda, generando un déficit en la cuenta corriente de balanza de pagos, una aceleración de la inflación y una distorsión en los precios. El enfoque estructuralista enfatiza la necesidad de lograr un "ajuste eficiente", el cual va desde la reducción del gasto interno hasta la reasignación de los recursos de la producción. Para que la estabilización y el ajuste sean procesos menos costosos y más duraderos es preciso aplicar políticas más específicas y selectivas. De esta manera se analizan algunas variables económicas y las medidas selectivas apropiadas para cada una de ellas, tales como: control de la demanda agregada, precios (control, liberalización, congelamiento), salarios, tipo de cambio y déficit en cuenta corriente. AR/MR