La migración masiva en Centroamérica fue un fenómeno que comenzó a darse en la década de 1980 de manera alarmante, aunque ésta ya se daba en menor grado desde mucho tiempo atrás. Se considera que este hecho se debe en buena parte a la realidad combinada de dos crisis: la política y la económica. La crisis política se evidenció en la segunda mitad de la década de 1970 en Guatemala, El Salvador y Nicaragua, pero sus efectos se harán sentir en la región en conjunto e incluso a México y Estados Unidos. En tanto que la crisis económica golpeó con fuerza en el decenio de 1980, rompiendo el ritmo del crecimiento económico que había tenido Centroamérica desde la postguerra. Según estudios de la CEPAL, a pesar del crecimiento económico de Centroamérica durante todo ese tiempo, este fue acaparado por unos pocos, lo que se refleja en que el 64 por ciento vivía en estado de pobreza y un 41 por ciento ni siquiera podía cubrir sus gastos de canasta básica. Se aclara que la situación descrita varía de acuerdo al país. Siendo Costa Rica el país que mantenía mejores índices de vida para ello se presenta estadísticas sobre la pobreza estimada para el año de 1985, además de estadísticas sobre la evolución de las condiciones laborales y sobre el comportamiento de algunos indicadores macroeconómicos como el PIB, oferta global, valor agregado de acuerdo al sector productivo, importaciones, exportaciones, desempleo, salarios y precios al consumidor. Posteriormente se hace la distinción entre migración tradicional y migración por violencia, la primera se dio antes de la reciente crisis, cuyas motivaciones eran económicas luego la migración por violencia fue aquella que se comenzó a dar a finales de 1970, la cual estaba constituída por personas que huían de la guerra en sus países para salvar su vida y la de sus familias. OB/ALJ