Costa Rica vive actualmente una crisis de valores donde la criminalidad, la corrupción, los vicios, la comercialización y el consumo de drogas están presentes en todas las zonas geográficas del país y en las distintas clases sociales. El materialismo es uno de los elementos que ha provocado este deterioro de valores morales y culturales, el sistema educativo se empeña en crear profesionales y no seres humanos, de manera que el joven busca una profesión en donde pueda graduarse rápidamente y asegurar su futuro económico. Todo esto es una cadena de antivalores donde el eslavón inicial es el deseo desmedido de tener éxito económico, de allí que proliferen y se acepten actitudes como la mentira, la deshonestidad, la irresponsabilidad, el irrespeto por la libertad y la vida humana el egoísmo, la indisciplina y el ocio. Enfoca las diversas conductas del costarricense y el proceso de deterioro que a lo largo de los años ha sufrido en sus hábitos y actitudes. El abuso del término "probrecitico" ha permitido el acceso a trabajos importantes al incapáz, al corrupto, al irresponsable y al indisciplinado. Sostiene que solamente penetrando en lo más profundo del individuo se podrá hacerle sentir su compromiso social y provocar así una actitud reflexiva generando un nuevo proceso en la conducta de cada individuo que conforma el conglomerado social. En síntesis, se ponen de relieve los errores y antivalores del costarricense y se ofrece a cambio la alternativa positiva para fortalecer la identidad y personalidad. OB/MR