El Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comerciales (GATT), desde su inicio, ha tenido como objetivo favorecer la expansión del comercio internacional por medio de la reducción gradual de aranceles y otras barreras y la eliminación de prácticas discriminatorias en el comercio. Su función primordial es promover el libre comercio, pero desde el comienzo el comercio agrícola recibió un trato de excepción en la construcción jurídica del GATT, con relación a dos aspectos: el uso de las restricciones cuantitativas y de los subsidios. De esta forma hubo desde siempre una mayor atención por parte de los países hacia las exenciones especiales para productos agrícolas. Se intenta describir los compromisos multilaterales en el tema agrícola y en la medida de lo posible analizar sus impactos en las economías de los países latinoamericanos y del Caribe. Se enfatiza en la situación especial en que se encontraba el comercio de productos agrícolas en el GATT, antes de la Ronda de Uruguay. Posteriomente, se brindan detalles de los compromisos alcanzados en el acuerdo sobre agricultura, se habla del acceso a los mercados, arancelización y del acceso mínimo y actual. Se continúa presentando las dispocisiones sobre las medidas de apoyo interno, se revisan las obligaciones de los países mienbros en el empleo de las subvenciones supeditadas a la actuación exportadora. En cada una de las partes analizadas se intenta dar un avance de los posibles efectos que los compromisos tendrían para los países de América Latina. A su vez se añaden algunas repercusiones que tendría el cumplimiento de estos compromisos en el sector de frutas, sector que se destaca por su importancia en el comercio total de productos básicos de los países de la región. OB/LOB