El presente artículo analiza las identidades latinoamericanas desde un enfoque de las clases y de la lucha de clases, situándose más allá de la bipolaridad clásica burguesía-proletariado y se incorporan una visión heterogénea de las clases sociales. Cuando se intentan unir esfuerzos para trabajar el tema de la identidad o las identidades latinoamericanas desde la perspectiva de las clases sociales, una pregunta inicial, obligada, y por lo demás inquietante es ¿Qué se hicieron las clases sociales? ¿desaparecieron empíricamente del escenario social continental? O ¿simplemente desaparecieron del imaginario o referente intelectual de gran parte de los académicos y cientistas sociales, ya no sólo del continente sino del mundo?, quienes por diferentes formas interpretativas pero quizás predominantemente ideológicas, arribaron a la conclusión sobre la "muerte" de las clases como método interpretativo de la realidad social, e incluso como realidad sociológica, lo que de paso ha implicado también en la práctica, la lucha de clases. En este debate se articulan dos lógicas elementales: la de explotación y la de opresión/dominación que, al vincular los fundamentos de clase con los étnicos, dan un perfil y una resiliencia de lucha particular al continente, que quizás no ocurre en otra región del mundo. La tesis sustentada es que la lucha de clases continúa, mediante movimientos sociales que luchan por diversas reivindicaciones y que asumen el papel de "nuevo sujeto" histórico con pretensiones de toma del poder, como en el caso de Bolivia. Se ha intentado argumentar del porqué en Latinoamérica es pertinente seguir hablando de clases, partiendo de tal lucha de clases ha continuado sin tregua, pero lo que ha cambiado son los métodos de lucha y los actores o los nuevos sujetos que le dan continuidad y dinamismo en un continente donde las desigualdades se siguen profundizando.