El artículo reflexiona acerca de la relación entre clientelismo y protestas, intentando ir más allá de la oposición que habitualmente se establece entre ambos términos . Se argumenta que no hay razones suficientes para sostener teóricamente la contradicción entre clientelismo y protesta, y se considera que el clientelismo es una modalidad de dominación política que, como tal, dispone de mecanismos propios de gestión del conflicto social, los cuales no necesariamente son contradictorios con la protesta social. Se sostiene que si bien es cierto la estructura propia de una relación clientelar incide en las maneras de comportarse de los sujetos involucrados en ella, no se encuentra la necesidad de que esta sea necesariamente renuente a la protesta. La clave reside en establecer de qué manera, la estructura clientelista de los vínculos políticos, influye en los modos de actuar de los individuos para conseguir mantener o mejorar sus condiciones de vida. En el texto se define primero el clientelismo político, luego se exponen las dificultades teóricas que implica relacionar un fenómeno definido en términos de un sistema de relaciones (clientelismo) con un fenómeno definido en términos de acción (la protesta), sosteniendo que ambos operan en niveles de análisis que deben ser distinguidos (el de la estructura y la acción). Por último se propone una conexión conceptual entre ambos niveles y se caracteriza un repertorio de acción colectiva arraigado en relaciones clientelistas. KDV/150517