Apunta que en gran parte los pobres resultados que se obtuvieron en 1988, en el campo económico se explican por el siguiente contexto: la evolución desfavorable de la región por octavo año consecutivo pone de relieve que, sobre el transfondo de los problemas estructurales de larga data, los recurrentes desajustes macroeconómicos asociados al servicio de la deuda, a la crisis fiscal y a la escasez de divisas han adquirido ya una dinámica propia que se refleja en las crecientes presiones inflacionarias, el debilitamiento del proceso de inversión y la reducción de la capacidad de maniobra de la política económica. Luego de hacer un balance de la economía latinoamericana, en general, realiza un balance de las tendencias principales, por rubros y para cada país, de esta forma: PRODUCCION-EMPLEO, destacando que en 1988 continuó gravándose el deterioro que desde comienzos del decenio actual han sufrido las condiciones de vida en muchas de las economías de América Latina y el Caribe, y analiza a Brasil, México, Argentina, Uruguay, Perú, Bolivia, Colombia, Venezuela, Paraguay, Chile, Ecuador, Guatemala, Costa Rica, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Panamá y el Caribe. EB/JM