La integración económica latinoamericana, es un sueño largamente acariciado. Este artículo no pretende una solución tipo Mercado común, pero si una reflexión que motive la cooperación regional. Pese a la participación de las economías latinoamericanas con las exportaciones mundiales (concentrado en un reducido número de países), el intercambio entre las economías en desarrollo ha tenido un incremento intralatinoamericano y la de México con el resto de América Latina. Nuestro mercado regional y los modelos de integración no han evolucionado ni han servido para solventar los efectos económicos de la crisis internacional, para enfrentar estos efectos se recurre a fortalecer el comercio con naciones extraregionales, todavía no nos hemos dado cuenta de la estrecha vinculación entre los problemas financieros (deuda externa), y los de carácter comercial. Los esfuerzos por construir la integración económica latinoamericana, deben considerar no solo las potencialidades de la región, sino las profundas diferencias y las desigualdades de desarrollo. El autor cree que México, como potencia regional, que ha tenido una política exterior latinoamericanista, debe redoblar esfuerzos por profundizar los intercambios comerciales intralatinoamericanos, en un marco de igualdad y conveniencia mutua. AR/MR