El artículo trata sobre la diaspora que regresa, entendida ésta como aquellas personas que siguen identificándose con el país de origen suyo o de sus padres, pese a haber vivido casi o toda la vida en los Estados Unidos. Los mismos regresan a dichos países (Puerto Rico, República Dominicana principalmente) y tratan de insertarse en la fuerza de trabajo y organizaciones, permeados por el modelo de vida que llevaron en los Estados Unidos, por lo que juegan un papel crítico y transformador en esas sociedades. Por otra, en los Estados Unidos las comunidades diaspora, concientes del estado de subordinación y necesidades que los caracterizan, se organizan para luchar y conseguir sus demandas de mejoras en sus condiciones de vida. Esta dinámica pueden conformar subculturas orgullosas de sí mismas y sus tradiciones. En este caso, su organización constituye una poderosa fuente de transformación social contra la cultura hegemónica estadounidense y sus élites