Costa Rica en la primera mitad del siglo XVIII: análisis regional de una sociedad en transición / Juan Carlos Solórzano Fonseca
Tema(s): En: volumen 19, número 1; páginas 55-66 En: Universidad de Costa Rica. Anuario de Estudios CentroamericanosResumen: El autor hace un análisis regional de la provincia de Costa Rica durante la primera mitad del siglo XVIII: la unión del Valle Central (interior del país) constituía el núcleo principal y punto de partida de la expansión del dominio hispánico. A lo largo de este medio siglo se consolida una nueva sociedad, distinta de la sociedad de una minoría de señores encomenderos criollos y de una mayoría de población indígena sojuzgada a los primeros, modalidad que había prevalecido en gran parte de la precedente centuria. Por el contrario, la nueva sociedad se caracteriza por el predominio demográfico de una población mestiza y mulata, organizada como productores campesinos orientados al cultivo de autosubsistencia y sin ataduras serviles. En la región del pacífico Norte y Central también ocurren cambios pero distintos a los del Valle Central. Fue de particular importancia la inmigración hacia los territorios aledaños al río Tempisque, de población procedente de Rivas, al Sur de Nicaragua. En la región del Caribe, ocurre una evolución distinta en las áreas Sur y Central. En la primera la rebelión indígena expulsa a los españoles de este territorio. En el área central en torno al río Matina se consolida la producción cacaotera, destinada a la exportación ilegal hacia Jamaica y los asentamientos ingleses de Costa Mosquitia. Predomina una población mulata y negra dependiente de los propietarios, vecinos de Cartago. En el Pacífico Sur, la penetración misional -punta de lanza de la colonización hispánica- retrocede frente a la contínua resistencia, cuyos puntos culminantes son las rebeliones indígenas de 1709 y 1761. Por otro lado, la región de la llanura del Norte del país no puede ser colonizada por los españoles a pesar de que se realizaron esporádicas incursiones organizadas desde Cartago. Este amplio territorio sirvió durante estos años, y aún más tarde, como zona de refugio para los indígenas que escapaban de las regiones que controlaban los hispánicos. HB/ALJ
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Centro de Recursos para el Aprendizaje y la Investigación | REV0040 19 (1) 1993 (Navegar estantería(Abre debajo)) | Disponible | 08920 |
Colección Centroamérica
El autor hace un análisis regional de la provincia de Costa Rica durante la primera mitad del siglo XVIII: la unión del Valle Central (interior del país) constituía el núcleo principal y punto de partida de la expansión del dominio hispánico. A lo largo de este medio siglo se consolida una nueva sociedad, distinta de la sociedad de una minoría de señores encomenderos criollos y de una mayoría de población indígena sojuzgada a los primeros, modalidad que había prevalecido en gran parte de la precedente centuria. Por el contrario, la nueva sociedad se caracteriza por el predominio demográfico de una población mestiza y mulata, organizada como productores campesinos orientados al cultivo de autosubsistencia y sin ataduras serviles. En la región del pacífico Norte y Central también ocurren cambios pero distintos a los del Valle Central. Fue de particular importancia la inmigración hacia los territorios aledaños al río Tempisque, de población procedente de Rivas, al Sur de Nicaragua. En la región del Caribe, ocurre una evolución distinta en las áreas Sur y Central. En la primera la rebelión indígena expulsa a los españoles de este territorio. En el área central en torno al río Matina se consolida la producción cacaotera, destinada a la exportación ilegal hacia Jamaica y los asentamientos ingleses de Costa Mosquitia. Predomina una población mulata y negra dependiente de los propietarios, vecinos de Cartago. En el Pacífico Sur, la penetración misional -punta de lanza de la colonización hispánica- retrocede frente a la contínua resistencia, cuyos puntos culminantes son las rebeliones indígenas de 1709 y 1761. Por otro lado, la región de la llanura del Norte del país no puede ser colonizada por los españoles a pesar de que se realizaron esporádicas incursiones organizadas desde Cartago. Este amplio territorio sirvió durante estos años, y aún más tarde, como zona de refugio para los indígenas que escapaban de las regiones que controlaban los hispánicos. HB/ALJ
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