El análisis sobre los efectos de los sistemas electorales adoptados durante las transiciones, pone de manifesto su papel en cuanto a reforzamiento de tendencias histórico-políticas previas que dependen más del comportamiento y de los objetivos y estrategias de las cúpulas partidistas. Dicho papel no es inmediato, pues tanto la bipolaridad como la multipolaridad de los sistemas se explica mejor por la historia política de cada país, según hayan surgido o no, opciones prooligárquicas, reformistas y revolucionarias y por la división o no de cada uno de los bloques. La moderación o polarización de los sistemas de partidos se ve reforzada por los sistemas electorales en la medida en que sus efectos desproporcionales o reductores favorecen a los partidos que predominan en el sistema, ya sea de forma moderada o polarizada; y no depende del sistema electoral cuáles sean estos partidos. REV/LCL