A 50 años de fundados los organismos de Bretton Woods, el FMI y el Banco Mundial, son objeto de grandes debates y polémicas, muchos de los cuales están marcados por una alta dosis ideológica, por estereotipos y prejuicios de toda índole. Son numerosas las ideas que se han planteado para reformar, revisar o evaluar las políticas, las operaciones y el funcionamiento institucional del FMI y el Banco Mundial en cambio, son pocos los cambios que se han hecho a esos organismos desde su fundación, pero esto no significa que no hayan evolucionado. Desde 1990 en adelante, y ante todo el Banco Mundial, ha cambiado sus métodos, procedimientos y criterios, sin embargo, en los últimos 20 años (1974-1994), la agenda no ha sufrido cambios significativos, en particular en lo referente a los países en desarrollo. Se ahonda en las diferencias y similitudes entre el FMI y el Banco Mundial, las funciones y concepciones actuales básicas de cada uno de estos organismos, sus estructuras y mecanismos decisorios, así como los instrumentos y metodologías aplicadas en sus operaciones de préstamo. Luego se indica que en materia de transferencia de recursos, la pobreza es el punto de partida, sin embargo para muchos la mayor o menor movilización de recursos depende del tratamiento que el Banco dé a la pobreza en sus informes para otros es necesario que los países receptores reformen sus políticas económicas, conforme a esta opinión, se recomienda evaluar el papel de las instituciones financieras con base en la calidad de préstamos y no en la cantidad. Finalmente se indica que la pregunta central en el balance de los 50 años de los organismos de Bretton Woods es ¿cómo se puede complementar y ampliar la cooperación brindada por otros organismos multilaterales y regionales, en cuanto a los procesos decisivos? El papel de los gobiernos es muy importante, y estos deberían preguntarse cuál es el peso real que deben dar a los directores ejecutivos que los representan en el FMI y el Banco Mundial. OB/ALJ