El sector de telecomunicaciones a lo largo del año de 1997 ha debido de ajustarse a los ritmos de los nuevos tiempos, la privatización y la modernización, así como el consenso son cauces que de forma lenta se abren y empiezan a dar nuevas formas a las distintas instituciones nacionales y como muchas otras instituciones salvadoreñas las telecomunicaciones no parecen encontrar un puerto seguro, pues su futuro es bastante incierto. Se agrega que la ley de privatización de ANTEL, producto del trabajo de una comisión ad-hoc de la Asamblea Legislativa, hizo creer que la venta de la empresa autónoma se daría en condiciones ventajosas para la economía salvadoreña, pero El Salvador enfrenta una serie de políticas intempestivas y son muchas las consecuencias de estas políticas, además existen partidos políticos que tienen fuertes intereses y participan de lleno en la regulación del sector de telecomunicaciones. Estos intereses políticos se mezclan con lo económico y sin duda es una traba fuerte que no permite al país despegar en el aspecto económico y la incertidumbre de este sector es similar a la vivida con respecto a la crisis económica o con los altos índices de delincuencia, la transición aunque esperanzadora, encierra una serie de tareas de la que ningún sector de la vida nacional puede escapar. LOB/LOB