A partir de 1975 se abrió un período bajo el signo de la democratización, que abarcó primero la periferia del capitalismo y luego se globalizó, sintiendo su influencia los países capitalistas industrializados y los países socialistas. Aunque los cambios democráticos que se dan en éstos no son análogos a los cambios democráticos de la periferia capitalista, ni resultado de la influencia del occidente democrático; las reformas políticas en los países socialistas poseen algo en común con esos cambios. En cuanto al futuro del socialismo, señala que para su avance, se trata de estrechar el área que ocupa el Estado y ampliar la esfera de prerrogativas de la sociedad civil: proceso que constituye la esencia de toda democratización profunda, pues la democracia contemporánea de vanguardia tiene que estar apuntalada por justicia social creciente a través de la iniciativa y participación política de las masas. La tercera parte la experiencia de la democratización en América Latina se inicia con el señalamiento de que en el tercer mundo la mayoría de las naciones tuvo que luchar por el desarrollo democrático progresista en las condiciones del capitalismo; y luego hace una evaluación de las discusiones que en años anteriores se dieron, concluyendo que la revaluación sustancial de la democracia en América Latina se relaciona, entre otras cosas, con la dura herencia que dejaron los regímenes militares y autoritarios anteriores a los años 80. EB/JM.