Según Kassam, gran parte (más de la mitad) de las noticias sobre el Tercer Mundo provienen de solo cuatro agencias occidentales de países desarrollados, y tales noticias tienen un estilo dramático, emocional y entretenido. Por lo demás, tal información se caracteriza por su ligereza, lo que contribuye a reforzar estereotipos más que a comprender problemáticas complejas. Por ello, es evidente la falta de contenido histórico del acontecimiento, el empleo de un tono que implica valoración moral y la ausencia de rectificación de falsificaciones o errores. Por último, los periodistas occidentales son incapaces de entender el Tercer Mundo y de ahí que vean el globo en términos de las necesidades de occidente, lo cual repercute, al final, en la misma alienación del Tercer Mundo. Kassam concluye que las grandes agencias de noticias dictaminan la información y el análisis, encarrilando el pensamiento, a la vez que convierten a sus consumidores en dependientes de la industria de ideas por ellos creada. Tal espejo deformante es tabién la única vía por la que el Tercer Mundo se forma una imagen de sí mismo y de los demás. EB/mb