Este ensayo se inicia con la conceptualización del término "sociedad civil", concluyendo que el desarrollo de la sociedad civil se presenta como una compleja articulación de cortes y de continuidades, de rupturas y recurrencias. En las tres secciones que conforman el trabajo primero se hace una crítica el concepto de clases y la relación entre éstas y la política en la sociedad civil, relevando que el aspecto que más destaca en la activación reciente de la sociedad civil es la ampliación de los referentes socioculturales de la acción colectiva: es decir, la extensión del arco de identidades que los actores construyen en el curso de la acción social, y de los significados que adjuntan a ésta. En la segunda sección se analiza la relación entre sociedad civil y pueblo, y apunta que el retroceso de la gravitación política, social y cultural de las clases trabajadoras va de la mano, y es resultado, de la consolidación de las clases dominantes. Agrega que lo que hoy llamamos sociedad civil se parece enormemente a los que antes llamábamos pueblo, y concluye: hoy el campo popular es explícitamente mucho más rico, más plural, más complejo que hace tres o cuatro décadas. En la tercera sección, sobre la representación de los nuevos actores, se expresa que la mayor complejidad plantea problemas de expresión y representación. En el pasado, sindicatos y partidos actuaron como referente del campo popular y articularon sus demandas en el sistema político. Y pregunta: Quién desempeña hoy esa función? al respecto señala que la cuestión central para la reactivación de los movimientos sociales -fuertemente golpeados por la crisis económica y por la desmovilización de sus bases- es la articulación de sus demandas en el sistema político. En las conclusiones afirma que la reactivación de la dimensión popular de la sociedad civil expresa el impacto de las nuevas condiciones de inserción de América Latina en la economía mundial y la reconfiguración de las relaciones de poder. En fin, termina diciendo, la activación de la sociedad civil impulsada por los movimientos sociales, implica una ampliación del concepto de ciudadanía, dotándolo de una dimensión social. MB/ALJ