Con la finalización del año 1989, los salvodoreños cierran un década perdida en muchos aspectos: económico, político y social. En general el panorama no resulta nada halagüeño se dio una agudización de la guerra civil, las clases sociales bajas experimentaron un deterioro en sus ya pésimas condiciones de vida y por ello solicitan cambios reales, que se revierta la precariedad de la que son objeto muchos hogares salvadoreños. El año 1989, significó la visualización de los graves problemas que se han venido arrastrando en la sociedad salvadoreña durante muchos años y que tienen su fundamento en la conformación social y política de la clase dirigente por ello, es necesario que se den cambios verdaderos, de lo contrario la crisis continuará y se profundizará con el tiempo, las necesidades básicas seguirán insatisfechas y los sectores populares continuarán soportando los costos cada vez más altos ocasionados por los desequilibrios estructurales. Se agrega que el problema bélico es consustancial a la situación económica de la población y fundamental en el deterioro económico, es una respuesta y consecuencia de la misma y no causa como lo sostienen algunos sectores que simplemente aparentan estar preocupados por el bienestar económico de las grandes mayorías. OB/LOB