Después de la segunda guerra mundial; y a comienzos de los años ochenta, la economía de América Latina entró en una aguda crisis, luego de una fase de estancamiento con bajas tasas de crecimiento, inestabilidad en los principales sectores y ascenso de la inflación y del desempleo, esto contribuye a tensiones sociales y desestabilización en la situación política en varios países de América Latina. Como consecuencia se dio una baja en las relaciones económicas con el resto del mundo, afectando las fuentes del financiamiento al mercado interno, a los inversionistas privados y aportando un lógico endeudamiento. También ocurren grandes cambios en la economía de los países capitalistas industrializados, los cuales se basan en una nueva etapa de revolución tecnológica que permite proceder a una reestructuración cualitativa de las fuerzas productivas a impulsar el desarrollo de sectores avanzados de alto contenido científico; es así como los países latinoamericanos se esfuerzan por idear una nueva estrategia orientada a afianzar la independencia económica, el aprovechamiento preferente de recursos internos y a la reducción de los factores externos de desarrollo. xx/JM