A raíz de las circunstancias económicas internacionales que afectan a las economías latinoamericanas, particularmente el aumento en las tasas de interés y las medidas proteccionistas, en 1984 cuatro presidentes latinoamericanos convocan a una reunión entre cancilleres y ministros responsables del área financiera, en Cartagena, para tratar sobre este tema y propiciar un diálogo constructivo entre deudores y acreedores, para aliviar la carga de este endeudamiento; posteriormente la iniciativa de coordinación se traslada al Grupo de los Ocho. Según el autor, la mayor preocupación de este grupo es la coordinación de esfuerzos y las negociaciones multilaterales y proponer pautas conjuntas de negociación. Las posiciones de consenso han sido las discutidas en Cartagena, que en el origen de la crisis de la deuda están los países industrializados; que los acreedores por su afán de lucro se excedieron en el volumen de préstamos, por lo tanto son corresponsables; la crisis se vio agrabada por el aumento en las tasas de interés y el deterioro de los términos de intercambio; que las políticas deflaccionarias practicadas por los gobiernos de los países industrializados propiciaron el aumento de las tasas de interés, que es necesario un nuevo orden económico internacional. Sin embargo todo esto no ha logrado conseguir que los países deudores negocien en conjunto el pago de su deuda y lo sigan realizando bilateralmente, o sea, desde posiciones más desventajosas. AR/MR