Se analiza el arte de la última década en Costa Rica, el cual fluctúa entre la postvanguardia y el tradicionalismo. De una estética de souvenir acorde al conservadurismo y de propuestas oficiales a un desenfadado internacionalismo, inclinado a las exquisiteces postmodernas del collage conceptual e iconográfico, las posiciones se oponen o complementan artificiosamente. Un interés particular lo presentan las expresiones post-modernistas afincadas en metatextos, fetichismos ambivalentes y un kitsch muy refinado. Esta tendencia responde a una voluntad de contemporaneidad en el custionamiento de los valores modernos, en la revisión de lo que la modernidad quiso superarlo. Hoy se mira la realidad con la perspectiva del video y se revive el pasado a través de la moda. La saturación de significado se impone, todo puede ser un montaje subliminal todo puede ser referencia a algo en el arte, campo en el que además todo parece haber sido realizado ya. Sin embargo, la hipersensibilidad provocada por la realidad contemporánea a veces aparenta ser forzada en la expresión de nuestro arte, aunque no podemos negar el conflicto en nuestro contexto. HB/HMBQ