El objetivo de este artículo es demostrar que la democracia latinoamericana que tanto se elogia, especialmente por parte de los círculos informativos estadounidenses y de la subregión, nace de condiciones miserables de los pueblos de América Latina y no ofrece soluciones a la propia problemática económico social y para ello el autor parte de la hipótesis de que las acciones económicas no corresponden a las necesidades del desarrollo nacional sino que sigue privilegiando el pago de la deuda externa, la atracción del capital foráneo a cualquier precio y el neoliberalismo, impulsado por el FMI. Apunta que la falta real de oportunidades, el control selectivo y distintos grados de presión económica, social y política aumentan la miseria, la cual produce un alto grado de desarticulación social, y estos problemas son minimizados por los grandes medios masivos de comunicación que bombardean a la población con sistemas de desinformación. La desarticulación social y los medios masivos de información y persuasión, conducen a que, para los pueblos de la subregión, no se presenten verdaderas alternativas políticas, teniendo que escoger al votar entre partidos políticos que buscan ganar tiempo y mantener el control y la paz sociales, por ello la democracia latinoamericana se puede denominar democracia de la miseria. En la parte final del artículo, el autor muestra con cifras el nivel de miseria de los países latinoamericanos, puntualizando en que los problemas económicos derivan en problemas sociales y que el hecho de que se sufrague en las urnas no dice mucho sobre la evolución social actual. MB/MR