Colección Centroamérica

El Presidente hondureño Rafael Callejas decició ponerle fin a la huelga bananera mediante el uso de la fuerza, con lo cual se cumple con la tradición establecida por los anteriores presidentes: "En una república bananera el banano viene antes que nada". La huelga se dió como respuesta del sindicato de SITRATERCO al programa económico de austeridad y al ajuste impulsado por Callejas, con el cual se provocó una dramática caída de los niveles reales del salario, con la huelga se pretendía alcanzar un 60 por ciento de aumento salarial. En un inicio el gobierno había decidido que el problema se solucionara entre las partes en conflicto, el sindicato y la United Fruit Co., Callejas entró en el conflicto sugiriendo un 25 por ciento de aumento salarial cuando la United Fruit Co. amenazó con marcharse, esta propuesta fue aceptada por la compañía y rechazada por el sindicato. Callejas mandó las tropas y se preparó para declarar el estado de emergencia frente a la posible resistencia de los huelguistas. Nicolás Rivera, secretario general del sindicato afirma que "decidimos terminar la huelga para proteger la vida de nuestros afiliados y aceptamos la oferta del 25 por ciento". Los trabajadores bananeros de Honduras poseen una buena organización y son considerados como la aristocracia obrera del país y sus reivindicaciones sirven de referencia para los demás sectores, sin embargo, el empleo de la fuerza por parte del gobierno desalienta las demandas que podrían surgir en otros sectores de la economía. Para la compañía, el logro más importante fue el de haber ganado una ventaja con respecto a las demás transnacionales del banano en la competencia por entrar a los mercados occidentales y el este de Europa, ya que en 1992 se le abrirán las puertas del mercado europeo. OB/MR