El eje de la actual coyuntura Centroamericana al comienzo de 1988, pasa por una gran prueba, profundizar la independencia y construir los estados nacionales en un marco de cooperación regional, económica, política y cultural de forma que no se derrote sutilmente a través de un protagonismo de los actuales estados de los pueblos y sus exigencias de dignidad y pan. Esquipulas II debe verse como una encrucijada de donde puede emerger el proyecto de una nueva sociedad. Para ello, es fundamental el papel que desempeñan las iglesias centroamericanas así como las comunidades insertas en estos pueblos, ya que son parte del nuevo sujeto histórico emergente en Centroamérica. OB/JM