Con la aproximación del siglo XXI, las relaciones internacionales se tornan más complejas, lo que demanda nuevas alternativas que permitan enfocar los diversos problemas a nivel mundial, en particular de aquellos que afectan a los países en desarrollo. En este marco, es que surgen las propuestas alternativas de política exterior para la administración norteamericana, donde debe de tener presente la interdependencia creciente de la economía y las limitaciones del bipolarismo y a su vez, las variables ocurridas en la Unión Soviética. Se analizan los conflictos de baja intensidad, donde Estados Unidos los ve como un elemento necesario en la planificación de la defensa, donde se dé una distribución más racional del presupuesto, con el fin de superar los problemas económicos que enfrenta Estados Unidos. Se señala como solución una planificación más centralizada y articulada que permita la utilización de recursos con el fin de lograr una mayor efectividad y se propone la multipolaridad, con lo que se busca recursos de otras fuentes, especialmente de Japón y Europa Occidental, por otra parte la agenda de Estados Unidos es amplia y se caracteriza po una serie de problemas comunes en estos países en desarrollo, como la deuda externa, la regulación comercial, las finanzas y la inversión, así como la reestructuración de las relaciones con el Tercer Mundo, además se caracteriza también por la inclusión de la región dentro del marco Este-Oeste, evitando su inclusión en el marco Norte-sur, lo cual sería mucho más realista por otra parte, las soluciones propuestas a los diferentes problemas latinoamericanos no responden a la necesidad de la realidad de la región. OB/MR