Se ahonda en los graves problemas de deterioro ambiental causados por el botadero de basura de Río Azul. Dentro de los problemas destaca el gran brote de moscas, con lo cual se hace imposible que alumnos de la escuela cercana puedan asistir al comedor se propicia la propagación de enfermedades contagiosas como el cólera y otras. Ante dicha problemática, Manuel Peña, sacerdote de la comunidad de San Antonio de Desamparados, hizo un llamado para que la comunidad se concientizase ante la crisis "tenemos un problema y tenemos que unirnos para buscar soluciones". Se integró un comité, el cual buscó crear el nivel de conciencia necesaria en la comunidad para luchar contra las consecuencias del relleno sanitario. Dicho comité se integró con personalidades de distintas ramas: médicos, abogados y una educadora su objetivo es el de eliminar el relleno porque está lleno y es un foco de infección. Se presentan también opiniones en favor del botadero estas opiniones son de personas que ha laborado por mucho tiempo en Río Azul como "buzos", tal es el caso de Eduardo Aguilar Alvarado, quien indica que esta es su forma de "ganarse el cinquito". También se enfatiza en que la iglesia debe de comprometerse con el pueblo, luchar por obtener una solución satisfactoria a este grave problema. Se concluye con la opinión de Jorge Varela Peraza, quien indica "que no ha existido un apoyo fuerte por la falta de seriedad de las mismas asociaciones de desarrollo...han habido sobornos por debajo de las mesas de diálogo" y agrega que los que ahora se encuentran luchando, lo hacen porque son personas afectadas por el botadero y no existen en el movimiento ideologías ni de izquierda ni de derecha. OB/ALJ