En este análisis sobre las reformas a la Ley de Inmigración y Responsabilidad Migratoria aprobadas por el Congreso de Estados Unidos y que entró en vigencia en abril de 1997, se señala: tales modificaciones le han valido a los inmigrantes muchos avances pero también significativos retrocesos, y que tal proceso aún no se vislumbra dónde llegará. También resalta la labor diplomática de los gobiernos centroamericanos para evitar o retrasar su aplicación debido a las consecuencias nefastas para estos países. Pero, sobre todo, el articulista hace una consideración alrededor de este tema: si por un lado las recientes reformas (de noviembre de 1997) han podido retardar algunas de las inminentes deportaciones que la ley sancionaba, por el otro se han puesto en práctica una serie de medidas que aparentan no tener el mismo fin: apuntalamiento de los llamados puntos ciegos de la frontera con México, el ingreso de deportados a El Salvador es casi el doble del de 1996 y para poder recibir la residencia un migrante debe demostrar ingresos anuales por más de 13 mil dólares, lo cual deja por fuera a un 30 por ciento de los aspirantes. Concluye que los Estados Unidos tienen una gran responsabilidad en la situación en que ahora se encuentran los miles de indocumentados. EBZ/mb