En la Universidad de Costa Rica, existe una clara demarcación en las carreras, de manera que unas son percibidas como carreras para hombres y otras para mujeres, lo que conlleva, a criterio de la autora a una "masculinización o feminización" de las mismas. Con base en dicha premisa interesan los criterios de selección de los y las estudiantes universitarios. Por ello se consideró importante la interrelación entre los estereotipos de los y las estudiantes, sobre la femeneidad y la masculineidad y la manera en que la vida universitaria incide en ellos. En términos generales se indicó que dentro de la Universidad se da una segregación vertical en donde la mujer tiende a inscribise en las carreras de menor poder y toma de decisiones. En cuanto a la selección de la carrera, la mujer se inclina por el área humanista como las ciencias sociales y las letras en el campo de la salud, la mujer es minoría a excepción de enfermería y en las ciencias naturales o exactas, la mujer elige mayoritariamente los profesorados de enseñanza en secundaria. Se percibe cómo dentro de la sociedad costarricense continúa la vigencia de los roles asignados tanto al hombre como a la mujer en donde el primero es el encargado de llevar el sustento a la casa, de allí que deba elegir carreras más remunerativas, por su parte la mujer debe hacerse cargo de la casa y del cuidado de los hijos. A pesar de los cambios que ha experimentado la sociedad, aún existen marcadas diferencias entre el hombre y la mujer, las cuales son percibidas en la elección de la carrera. OB/LOB