Este libro es un estudio con argumentos muy ponderados sobre los campesinos y obreros bajo el régimen de los Somoza, enfocado en movimientos populares desarrollados en el departamento de Chinandega, una región de importancia económica ubicada al oeste de Nicaragua. El autor traza la evolución de la conciencia colectiva entre campesinos y obreros, desde su gradual alejamiento de una situación de dependencia extrema con respecto al patrón, hasta que llegaron a construir una ideología social y política autónoma. En este proceso, el autor realiza significativos aportes a los estudios sobre el campesinado y las teorías sobre procesos revolucionarios, así como a nuestra comprensión de la historia de Nicaragua. De acuerdo con el autor, la aceptación que, en un inicio brindaron al somocismo los campesinos y obreros, explica la amplia brecha existente entre los movimientos populares y la clase media antisomocista. Tan sólo la alianza del Frente Sandinista y el movimiento campesino permitió derribar las barreras del silencio entre ambas fuerzas.