Comercializada como la forma inteligente de planificar la carrera y la reproducción, las tecnologías de "seguro" de fertilidad dirigidas a las mujeres fértiles ("congelación social de huevos") se están convirtiendo en un gran negocio. A partir del trabajo de los teóricos políticos Iris Marion Young y Sally Haslanger, se desarrolla una perspectiva estructural sobre la promoción de la congelación social de óvulos como un medio para administrar mejor las perspectivas profesionales. La autora se compromete críticamente con el trabajo de destacados especialistas en ética, como Julian Savulescu y otros, que abogan por la promoción de la congelación social de óvulos como un recurso para aumentar la igualdad de género en el lugar de trabajo. Al hacerlo, defiende el diseño de políticas públicas con un enfoque estructural más amplio.