El documento establece las bases para una organización que busca alinear la ciencia y la tecnología con los principios de sostenibilidad, equidad, democracia participativa, justicia socioambiental y diversidad cultural. Este documento, elaborado en homenaje póstumo al Dr. Andrés Carrasco, presidente honorario permanente, aborda la crisis civilizatoria global resultante del capitalismo y modelos similares que fragmentan al ser humano de la naturaleza. Se destacan manifestaciones como la inequidad socioeconómica, el uso creciente de la violencia, la degradación de la diversidad biológica y cultural, y diversos desajustes ambientales. enfatiza la necesidad de que la actividad científica se desarrolle de manera ética y con un claro compromiso con la sociedad y la naturaleza. Se reconoce la importancia de los saberes tradicionales y la necesidad de integrarlos en la construcción de nuevos conocimientos. Además, se subraya la importancia de aplicar los principios de prevención y precaución en los procesos y aplicaciones científico-tecnológicas, promoviendo análisis integrales y críticos de sus impactos.

Se rechazan ideologías que fomentan actitudes mercantilistas, mecanicistas, reduccionistas, sexistas, racistas y elitistas, las cuales a menudo impregnan las teorías y prácticas científicas. El documento aboga por la creación de espacios permanentes para el debate social sobre el propósito y destinatarios de la ciencia y la tecnología, promoviendo decisiones colectivas sobre los temas y modalidades de producción científica y tecnológica que se desarrollarán en función de las necesidades sociales y el tipo de sociedad que se desea construir. Finalmente, se destaca la importancia de que todo proceso de generación y aplicación de tecnologías en la sociedad sea validado por una licencia social y ambiental, fruto de procesos participativos legítimos que respeten las culturas, territorios, mecanismos de decisión y sistemas sociales locales. RAR