Colección Centroamérica

Se enfatiza sobre la muerte de los jesuitas a finales del año de 1989 en El Salvador; pero en forma más general se da a conocer la situación de las violaciones a los derechos humanos. El autor nos informa que en la década de 1980-1990 han muerto unos 70.000 personas en forma violenta y no se ha realizado una investigación para determinar quiénes fueron los culpables de sus muertes, pero a su vez nos hace la observación de que lo importante no es saber quiénes fueron los autores intelectuales de las muerte de los jesuitas ya que en muchas ocasiones se declara públicamente por parte de las autoridades cuando muere un personaje conocido que se realizará una investigación; lo importante, destaca, es que la obra que ellos realizaron durante sus vidas y que les causó la muerte pueda seguir subsistiendo en el corazón del pueblo. Afirma que estos jesuitas dejaron la imagen clara de lo que representa una universidad cristiana al servicio de los pobres, ellos veían la universidad como una fuerza social marcada históricamente por la sociedad en la cual se encuentra inmersa y destinada a iluminar y transformar, como fuerza social que es la realidad en la cual vive. OB/JM