El 3 de julio de 1989 se dió la ruptura del Convenio Internacional del Café, al no poderse conciliar las posiciones opuestas de Estados Unidos y de Brasil, fundamentalmente ambos con derecho a veto dentro de la Organización Internacional del Café. A partir de este hecho se analizan las siguientes cuestiones: la importancia del Convenio para los países productores, los efectos concretos a corto plazo para esos países y en especial para Costa Rica, las razones de la ruptura del Convenio y las consecuencias futuras (cosecha 89-90) para Costa Rica. Concluye señalando que debido a los efectos negativos de corto plazo -disminución del precio, disminución de divisas, menos ingresos fiscales, etc.-, el gobierno, los productores y los exportadores de café deben prepararse para enfrentar las condiciones del mercado libre del producto; de lo contrario, sería muy peligroso no diseñar una estrategia coherente que permita sostener las dificultades que se avecinan en esta coyuntura, aprovechando las oportunidades que se pueden presentar en el mediano y largo plazo. EB/JM