Se parte de la realidad, indicando que Guatemala es un país multiétnicos, pero que a pesar de dicha situación el tratamiento de los derechos humanos se ha dado de manera uniforme, no se ha tomado en consideración que los indígenas tienen su propia especificidad, reivindicaciones, demandas, exigencias y soluciones a sus problemas. Se ahonda en una serie de conceptos que permiten tener un mejor conocimiento sobre la negación de la vida de las "minorías étnicas" que en Guatemala son mayorías ya que conforman el 70 por ciento del total de la población. A su vez se trata de hacer un reconocimiento a la resistencia, creatividad y amor por la vida en sus diferentes manifestaciones que caracterizan al pueblo indio guatemalteco. Cuando se habla del pueblo Maya, se está refiriendo a todos sus descendientes: Quichés, Cakchiqueles, Tzutuhiles, Mames, Pocomames, Pocomchíes, Ixiles, Aguatecos, Chortíes, Chujes, Jacaltecos, Canjobales, Uspantecos, Sipacapeños y otros. El pueblo Maya se organiza, se levanta, existe y como tal tiene el derecho de participar en la toma de decisiones políticas, económicas, sociales, culturales y aún militares del país. Es de reconocer la labor del pueblo Maya en cuanto a sus organizacines humanitarias, éstas a pesar del militarismo existente en el país se han hecho sentir, los Mayas deberían ser los principales sujetos de la economía agrícola guatemalteca. Sus valores culturales, religiosos y otros, constituyen un desafío a la discriminación que secularmente se ha realizado y que se impulsa por medio de la educación institucionalizada. La experiencia ha demostrado que el Maya guatemalteco ama la tierra y la hace producir. En la actualidad se está dando un resurgimiento del pueblo Maya, el esfuerzo de los Mayas se une a los esfuerzos de los sectores pobres de la sociedad guatemalteca que busca una situación de mayor justicia, democracia de convivencia pacífica y respeto mútuo. En síntesis es necesario crear espacios para que la voz del pueblo Maya sea escuchada. OB/ALJ