Hace hincapié en las políticas de la administración Callejas, la cual ante la falta de un flujo sostenido de divisas decide adoptar un programa de ajuste estructural que sustituye los anteriores incentivos fiscales de las exportaciones no tradicionales, por un incentivo cambiario de gran envergadura, más del 150 por ciento de devaluación del lempira con relación al dólar. Se enfatiza en diversos aspectos tales como las posibles consecuencias del libre comercio entre Estados Unidos, Canadá y México, esto unido con una recesión económica en los países industrializados puede afectar la colocación de los productos no tradicionales y afectar de manera simultánea las estructuras de precios, por otra parte, el uso de limitadas tierras fértiles en Honduras para expandir dichos cultivos provoca un impacto sobre la ineficiente agricultura de los cereales básicos, se agrega que la proliferación de medidas proteccionistas en los países importadores aducen problemas ambientales o a la protección de los intereses de los productores locales. Continúa señalando que la estrategia de fomento a las exportaciones no tradicionales se encuentra una voluntad anti-reforma agraria, o sea, que las políticas de producción de las exportaciones no tradiciones contienen una amplia prórroga en el ritmo, de por sí lento, de afectación de la gran propiedad agraria; por la histórica desigualdad en la distribución de la tierra, tal situación puede revertirse e incrementar la inestabilidad en este tipo de cultivos. Finalmente se considera el daño ecológico provocado por las exportaciones no tradicionales, con lo cual se compromete el futuro de grandes masas poblacionales, de allí la necesidad de determinar cuáles elementos, productos y, políticas son sostenibles y contundentes a la diversificación económica de Honduras. OB/MR