Colección Centroamérica

Honduras, a pesar de vivir en un sistema político que se supone es democrático, debe enfrentarse a gran cantidad de violaciones a los derechos humanos, tanto por parte de los militares como de los civiles. Se indica que durante el año 1992 el país salió de una aguda recesión, provocada en gran medida por las políticas de austeridad y económicas puestas en práctica por el gobierno de Callejas en 1990. En el año de 1992, las más obvias violaciones a los derechos humanos continuaban siendo los asesinatos extrajudiciales, las detenciones arbitrarias, la tortura y el abuso de los detenidos; la impunidad de los miembros de las fuerzas armadas, responsables de estos actos, y la incapacidad del sistema judicial propiciaban estos delitos. A su vez el gobierno de Callejas ha sido acusado de no hacer los esfuerzos suficientes para superar estos problemas, los cuales han ido en constante aumento desde 1990, cuando Callejas llegó al poder. Posteriormente, se describen algunos hechos de violencia, como la muerte de Armando Montes Zapata, el alcalde nacionalista de Justicia y su conductor; también se menciona el caso de Juan Humberto Sánchez, encontrado cerca de su casa atado de pies y manos y con un balazo en la cabeza; sus padres acusaron a los miembros de las fuerzas armadas. En síntesis, el gobierno y en especial los militares, son los principales causantes de los hechos violatorios, pero tienen la suerte de la impunidad, de tal manera que no se les puede castigar; así que las torturas, los tratos inhumanos, los arrestos arbitrarios, los allanamientos de domicilios por parte de los agentes del Estado continuarán sucediendo, hasta tanto no exista la voluntad política de hacer cumplir las leyes tal y como están escritas. En la sociedad debe darse la libertad de expresión y de prensa, la libertad de asociación y de asamblea pacífica y la libertad de culto, tal y como está estipulado. OB/ALJ